Las clases se iniciaron en esta famosa nueva normalidad (que es la misma de antes, pero con abusos desde el poder, recorte de derechos, salarios y jubilaciones , clases a distancia, tapabocas y vacunas) con una intención de mayor presencialidad de estudiantes y docentes, recomendado por el GACH ante la evidente diferenciación de aprendizajes del 2020.
Ante el aumento de casos de COVID19, con récords diarios de contagios, en una conferencia de prensa que se anunció con bombos y platillos las únicas dos novedades relevantes fueron la no presencialidad en centros educativos en Rivera, la no obligatoriedad de concurrencia presencial en el resto del país y la extensión de la limitación del derecho de reunión consagrado en la Constitución. Este último hecho ya ha sido ampliamente criticado tras 60 días de aplicación en los que los contagios no han hecho más que crecer y podría considerarse como una medida de carácter exclusivamente político en la que se persigue otro fin que no es el sanitario.
La excusa de la Pandemia sirvió al Gobierno para ocultar los recortes en la Educación, tanto a nivel presupuestal como de recortes de grupos y de horas docentes, lo que significó en el hecho ampliamente denunciado de clases superpobladas, pero que con la no obligatoriedad de la asistencia pasa a ser menos visible… hasta que la Pandemia de tregua y los y las estudiantes deban retornar. La pregunta es:
¿y en ese momento? ¿cómo lo van a disfrazar?
Este año, y por primera vez en 30 años quien no inició las clases fue el Jardín Maternal de BPS, cerrado por el actual Directorio del Organismo desde el primero de enero de 2021.
Una construcción que tuvo como participantes a BPS y a ATSS como ejemplo clarísimo de todo lo que se puede lograr cuando se junta el movimiento sindical y las Direcciones de los Organismos, para atender a los hijos e hijas de sus trabajadores y que funcionó durante tres décadas como un sitio modelo en educación en primera infancia.
El jardín maternal de BPS atendía a estos niños y niñas hijos/as, de trabajadores que realizaban sus labores o que residían en Montevideo, no solámente a quienes trabajaban en Edificio Sede como se dijo más de una vez a los medios y que realizaba un proceso de selección priorizando situaciones de vulnerabilidad, tanto económicas como sociales o familiares.
A pesar de todo el trabajo realizado por ATSS y compañeros y compañeras que buscaron todo tipo de soluciones y planes alternativos al cierre, elaborando proyectos en los que se ahorraba más dinero que el que el Directorio de BPS pretendía ahorrar cerrándolo, pero manteniéndolo operativo, realizando solicitudes conjuntas con INAU cuya única solicitud era tener plazo de un año para ejecutar el proyecto, no hubo ninguna voluntad de negociación, BPS planteó el Jardín Maternal como algo exclusivo para los y las trabajadoras de Mvdeo., intentando buscar la separación de los/las trabajadoras del interior y la Capital y lo cerró sin más.
En cada oportunidad, en cada pelea por Presupuesto y en todo momento ATSS seguirá luchando por la reapertura del Jardín Maternal.
Acá no se rinde nadie.